Creando nuestro shōnen raruno.

Ser interno en Arkham no es aburrido. Incómodo, frío tal vez, incluso peligroso, pero definitivamente, no es aburrido.

Tampoco se podría decir que se trate de un lugar tranquilo. Los vecinos de celda, más escandalosos que Boris Izaguirre encargado del casting de una nueva peli de 300, no suelen proporcionar un ambiente de recogimiento propicio para la reflexión, pero, en alguna ocasión, tal vez motivado por alguna fuga multitudinaria o alguna toxina liberada por alguna creación traviesa de nuestra jardinera particular - Ivy, 3º celda a la derecha - te da por pensar, ¿y si la vida no fuera un oscuro comic de DC, si fuera más exótica, por ejemplo, un shōnen al estilo de los de Masakazu Katsura, Izumi Matsumoto, o Hiromu Arakawa?.

Coincidiendo con última jornada de Expomanga 2014,  y poseidos por su espíritu, vamos a dejarnos llevar por tamaña ida de tarro y pasemos a definir nuestro universo particular:

Esta parte es a gusto del consumidor. Puede tratarse de nuestro mundo y línea temporal actuales, en alguna ciudad que nos motive - Tokyo es la que presenta más papeletas de llevarse el gato al agua en estos casos - dónde todos los acontecimientos se desarrollarán de un modo normal y regidos por las leyes físicas de nuestro universo. Si nos parece muy soso, o si queremos añadir más riqueza argumental - Cyborgs hikikomori enganchados al Candy crush- se puede incorporar magia y fantasía a la historia, o incluso situarnos en un universo ajeno al nuestro, en una línea temporal indeterminada, poblado de todo un abanico de seres fantásticos con las más variadas habilidades.

Considerando que ya hemos sufrido bastante, con la empresa del catering en Arkham y su hilo musical con grandes éxitos de OT, y puestos a evadirse, nos decantaremos por un universo parecido al nuestro, donde los componentes mágicos tengan cabida- ¿quién no quisiera vivir en un mundo en el que video girls puedan cobrar vida para aliviarnos las penas simplemente con reproducir su cinta de video (ya sabía yo que algún uso le acabaría dando al VHS del trastero)?-. Descartamos, por tanto, un mundo árido sumido en violentas luchas con espadas y conjuros, como el que pudimos ver en Bastard!!, ya que se pretende disfrutar un poco de la evasión sin preocupaciones como que un señor oscuro se empeñe en churrascarte, ni mundos de estética Steampunk, - Que sí, que la región de Amestris de Fullmetal alchemist, es muy pintoresca, pero ya ha quedado claro que necesitamos más tecnología (sobre todo la VHS),  a pesar de que manejar la alquimia tiene su atractivo -lo que te podrías ahorrar en reformas de la casa, o más aún: "Elric hermanos, reformas a dos manos" (Va a ser verdad que toda nuestra idea de economía se basa en el ladrillo) - .

    
Este tío da mucho miedo.                             Definitivamente no me iría a Ishbal de vacaciones.

 
De todos modos, ya que el manejo de la alquimia exige grandes sacrificios, y le tengo especial cariño a todas mis extremidades, podríamos pasar sin ella, pero no sin los tatuajes de Scar, que lucirán de maravilla en esas poses molonas, melena al viento y frase lapidaria, que todo manga que se precie cuenta entre sus páginas.

 
 
Scar mola hasta pasando el mocho en pantuflas.


Definamos a los personajes:

Se puede poseer poderes mágicos, tener alguna habilidad especial destacable, o simplemente ser un estudiante de un instituto japonés, pero si has sido elegido como protagonista de un shōnen, nadie te librará de ser lo que se dice un pringao. Por lo general vivirás una existencia ajustada a los cánones del estudiante universal, es decir, no te vas a comer una rosca en todo lo que dure la colección -y las hay muy largas-, lo que unido al estado de alteración hormonal adolescente, y a la mala leche del guionista, hará que vivas situaciones de lo más picante que sonrojarían al mismísimo Benny Hill, con el agravante de no llegar a concretar hasta el volumen final.


 
Exponentes de pringui-protagonista de Shonen.

 
Pringus máximus en pleno ataque hikikomori.

Por si fuera poco, tendrás un amigo - tu sociabilidad no da para más amistades, date con un canto en los dientes- cuya asombrosa habilidad para ligar con cualquiér fémina no ayudará a la hora de superar tu estado permanente - 2 velas -, sino que acrecentará el nivel de salidez hasta el tope de la barra -.

 
Niimai y Obi. Estos si que saben utilizar un peine.


¿Quiere esto decir que nuestras aventuras se limitarán a los lamentos de un pervertido de tres al cuarto con menos encanto que la gala de los premios Goya?. Afortunadamente no, ya que un detalle diferenciará nuestra historia de cualquiera que pudiera ser publicada en el Jueves, y es que, en lo opuesto a lo que sería Torrente nipón, estarás dotado de un corazón puro que hará que sólo tengas ojos para la mujer de tus sueños - esa chica que se sienta dos pupitres por delante del tuyo, y que, cómo no, está colada por tu amigo, que causa estragos allá por dónde va - alejando cualquier atisbo de perversión en cuanto la tentación se produzca, manteniendo fiel de pensamiento a nuestro protagonista, cual don Quijote de ojos grandes.

 
Ayukawa y Moemi, dos dulcineas inalcanzables.


Para finalizar, vamos a incorporar un personaje más a la función, que nos proporcionará ese extra de situaciones comprometidas que harán que nuestro protagonista se muestre a ojos de su chica anhelada como un primo de Larry Lafter. Se trata de la chica pizpireta y rebosante de energía, que se ha fijado como objetivo ayudarnos en nuestro objetivo, cuyo comportamiento poco ajustado a lo que nuestro protagonista espera de una señorita muy aseñorada (parece ser que este detalle es muy importante en los protagonistas de Shonen) hace que nuestro sufrido alter ego, viva en un estado de vergüenza permanente, que le hará tardar en comprender, como mínimo el 95% de los volúmenes, que realmente es a ésta chica a la que quiere y no a la sosa en la que había puesto sus ojos inicialmente. Definitivamente un pringao con mayúsculas.

 
Misaki y Ai. Sin su ayuda nuestra vida hubiera sido más tranquila pero no tan divertida.

Con todo esto, ya tendríamos todos los ingredientes para cocinar un Shonen lleno de humor, romance y situaciones absurdas.... la idea es muy interesante, pero creo que prefiero la tranquilidad emocional de la celda en Arkham, sin más sobresaltos que las descargas eléctricas de los jueves o los motines habituales de Killer Croc. Ser protagonista de un shonen es muy duro.

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