Las Aventuras de Diblu
Buenas y soleadas
tardes en Azeroth pequeños woweros pero no tan pequeños como yo, dando que
siempre termino encarnado en un enano, un gnomo un goblin o algo de similar
tamaño.
Bueno esta es mi
presentación para el blog de “La Fuerza Raruna” y se me ha pedido escribir algo
sobre el wow.
Seguro que muchos de
los que me van a leer sepan tanto como yo e incluso alguno alguna cosa más en
este nuestro universo paralelo e informático en el cual expendemos algunas
horas de nuestro tiempo libre y nos dedicamos a raidear, a hacer pvp contra la
facción enemiga e incluso a hacer negocios, reputaciones, logrear, jugar a la
granjita o porque no a dar vueltas sin sentido en busca de una puesta de sol
artificial o una luna magnifica, o coger pets en los confines de nuestro
adorado mundo virtual.
Primero y con el
permiso de mis anfitriones me presento para ustedes: Soy Diblu! Y dirán ya
claro el famoso Diblu conquistador de Azeroth, Orgrimmar o la madre que me
pario, es normal tranquilos, soy archiconocido y odiado a la vez que adorado en
el mundo virtual.
Bromas aparte, mi main
es Diblu y se encuentra en Tyrande desde 2010, en la alianza y pertenece a una
guild pequeña llamada “Héroes de la infantería” que data desde 2010 de la cual
soy co-fundador.
Y mi intención aquí en
este blog, es tanto contar alguna historia de fantasía basada en el wow, como
algún suceso divertido de las raid, pvp, reputaciones o algunos trucos y si
puedo alguna guía.
Veamos el feedback que
puede tener la historia por la que quiero empezar hoy
Capítulo I
Nuestra
historia comienza, en una ciudad llamada Forjaz, donde nuestro héroe Diblu, se
encuentra en el rincón de la taberna roca fuego, tomando como no una cerveza,
con cuerpo, grande, fría y enana faltaría mas, no iba a ser un brebaje humano
insípido.
De repente como no, una calva brillante ilumino la taberna, con los ojos
entreabiertos miró Diblu a la luz y preguntó con su voz ruda y borracha.
-¿Koto? ¿Eres tu Koto? Si eres tu te dije que no volvieras a hacer tus
trucos de mago en los antros que frecuento, ¿no sabes que me gusta la oscuridad
acaso ya?
- Enano borrachín… siempre que te tengo que buscar acabo registrando
todos los antros de Azeroth viajando con mis portales, a que esperas para venir
a la reunión de oficiales de la sagrada orden de “Los Héroes de la Infantería?
-¿Qué hora es? No creo que el consejo este reunido aun… si será poco mas
de medio día…-Balbuceo Diblu
- Si si, medio día si… de hecho me parece que esta apunto de anochecer
–Respondió Koto con la sonrisa de medio lado mientras sacaba el portal hacia
alguna otra parte del mundo donde era la reunión.
- Bueno, vayamos pues, pero la próxima ronda después de la reunión la
pagas tu calvorota.
Nuestra pareja de Héroes tomaron el portal y aparecieron en una sala muy
iluminada con una mesa, una mesa de madera grande y robusta con 9 humanoides a
su alrededor. Las paredes plagadas de libros y estandartes arrancados en
múltiples batallas, escudos de armas de la orden, armas antiguas, y retratos de
algunos de los héroes perdidos en el tiempo, de entre los cuales siempre
destaca el de Lord Pizarro.
-Ya era
hora- Refunfuñó el brujo que se encontraba en la mesa, conocido como Salfuman,
un Huargen astuto procedente de la antigua ciudad de Gilneas, era el encargado de recabar la información
con sus soplones por todo Azeroth.
-Si bueno,
creo que he perdido la noción del tiempo, disculpen mi retraso, tenía un
negocio enano entre manos- Replicó Diblu.
-¿Negocio enano? No lo queremos saber, simplemente corramos un tupido velo y emprendamos los asuntos del consejo- Alzo la voz Belavi.
-¿Negocio enano? No lo queremos saber, simplemente corramos un tupido velo y emprendamos los asuntos del consejo- Alzo la voz Belavi.
El consejo lo formaban 11 componentes, Diblu nuestro enano borracho,
guerrero de profesión, busca pleitos y encargado de las estrategias militares
para lograr los objetivos de la organización. Koto, un mago humano,
archiconocido por su calva brillante, la cual pule con cera delante de su
reflejo arcano durante más de una hora al día, el era el encargado del
conocimiento, el arma más importante que siempre teníamos previo a la batalla.
Salfuman, un huargen brujo, siniestro y con un aura verde a su alrededor, era
los oídos en todo nuestro mundo, si el no escuchaba algo es que ese algo no
pasaba. Belavi, un sacerdote humano, iluminado por la luz y la fe, encargado de
no dejar que se separaran del camino correcto sus compañeros. Paneha, una
draenei cazadora, experta en muerte y trapicheo, si no lo puede matar lo vende,
se encarga de llevar las cuentas de la sociedad. Agroj, maestro de armas,
Huargen guerrero, entrenado en las más duras condiciones durante las batallas
en la guerras Gilneanas contra los renegados, se encargaba de la formación de
los nuestros reclutas. Camile, elfa druida, hacedora de pócimas y brebajes para
que a nuestros héroes nunca les falte una dosis extra en el combate. Rukki,
nuestra chamán draenei, encargada de la búsqueda de nuevos talentos para
unirlos a la causa de la luz, Garlopa, el mago gnomo, que se sentaba sobre
libros para llegar a la mesa de reuniones, segundo en la estrategia y
supervisor de las obras públicas de nuestra hermandad. Punxeta, la huargen
pícara, más vieja de Azeroth, consejera mayor de los héroes de la infantería,
siempre dispuesta a poner sus años de experiencia al servicio del consejo y por
último y no menos importante, Javia, el caballero de la muerte humano, conocido
como el caza Hordas. Todo Horda que era visto por los dominios de la sociedad
era perseguido por el.
Cuando alguien dijo…………….
Gran comienzo, espero poder leer muchos mas post de esta historia. ;)
ResponderEliminarMuchas gracias! esperemos que la historia vaya calando bien y ustedes la disfruten
ResponderEliminarOoohh, esto parece ser el principio de una gran historia, que le deparará a este, digamos, precioso enano borracho?
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