Gotham: La promesa de un Pingüino
Gotham se ha convertido a lo
largo de este verano en una de las series más esperadas por los fans del
murciélago y de cualquier otro héroe de DC Comics. Ahora que ya tenemos el
piloto en España nos preguntamos, ¿cumple la expectativa? Para contestar a esta
pregunta, analizaremos parte por parte el capítulo que hemos podido disfrutar
ya.
Muchos han comentado que el
primer error de la serie es el asesinato de los Wayne, algo que, desde el punto
de vista de los fans de Batman, es poco más que “ridícula y poco emotiva”.
Quizás un servidor está un poco cansado de ver esa escena desde veinte ángulos
diferentes en cada una de las películas que hemos visto sobre Bruce Wayne. La
muerte de los Wayne es correcta, una palabra que bien podría definir el
capítulo en su totalidad. No deja espacio a la emotividad, no se recrea en
ello, pues recordemos: esto es una serie sobre Gotham, una ciudad cruda y
brutal donde no hay espacio para la sensiblería.
Dejando a un lado ese comienzo,
debemos adentrarnos en los personajes. Empezamos con el personaje más
importante, y no, no es James Gordon, es la propia Gotham. Una ciudad donde
todos los bajos fondos se entienden entre sí, repartiendo dominios y batallando
en el caso de que un rival se propase. Una ciudad gris, oscura, laberíntica y en
decadencia. Nadie puede decir que no es una ciudad grande, pues con un capítulo
no es suficiente para saberlo. Y quiero lanzar una pregunta a los lectores,
¿alguien podría decirme en qué año se desarrolla la serie? Algo que, desde mi
punto de vista es un acierto con vistas de futuro que muchos no alcanzan a ver.
Siguiendo con los personajes, que
son quienes de verdad construyen la serie, llegamos a James Gordon,
interpretado por Ben Mckenzie, un actor cuya expresividad aparece y desaparece
y que, todavía, no consigue que nos olvidemos del gran Gary Oldman como el
comisario idílico de Gotham, y más cuando tu compañero Harvey Bullock (Donald
Logue) te come en pantalla.
Hablar también de la villana,
Fish Money, Jada Pinkett Smith, la que puede ser el personaje más flojo del
piloto pero que, si deja de un lado la representación teatral de algunas
escenas, puede prometer más de lo que algunos apuestan por ella.
Los niños a veces son un incordio
en los rodajes, es una de las reglas básicas de producción. Pero creo que nadie
podría reprocharle nada a David Mazouz, nuestro pequeño Bruce, con una gran
actuación y un temple inaudito para su edad.
Y si alguien de verdad se merece
un aparte en este comentario del piloto, ese es Robin Lord Taylor. Danny de
Vito tenía la altura y los ojos perfectos para interpretar al frío dueño de los
bajos fondos, Oswald Cobblepot; pero Robin tiene todo lo demás. La mirada, la
voz rasgada, la expresividad y la locura que han caracterizado al pingüino
durante 73 años de cómics. Sin duda, este joven americano dará mucho de qué
hablar en los próximos años de su carrera.
Por último, acabar hablando de
los guiños y easter eggs que la serie
va dejando a lo largo de su metraje. Muchos personajes, muchos intentos de
engañar al espectador con falsos guiños y demasiada información que digerir
para alguien que no conozca una amplia gama del universo de Batman. Otras
series han necesitado una temporada entera para resumir todo lo que van a
querer tratar a lo largo de sus temporadas. Gotham sacrifica el tiempo para dar
a los fans lo que creen que quieren, y eso le ha podido costar caro en este
capítulo piloto.
Como conclusión, decir que esto
es un piloto, nunca sabes cómo puede cambiar una serie de ahí en adelante.
Gotham promete mucho, ahora solo queda esperar para ver si la semilla que han
plantado da frutos o muere con el paso de los capítulos.
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