Valentín-san

Dicen que el tiempo vuela - como algunos superhéroes -  y que su velocidad de crucero es relativa e inversamente proporcional a la diversión asociada. ¿Este entrañable comportamiento sugiere maldad en el tiempo?¿Un nuevo supervillano a tener en cuenta?. Pudiera ser, pero podéis respirar aliviados y mantener aún el navegador abierto - al menos medio párrafo más - que no se trata del tema de la entrada de hoy.



A pesar del susto anterior - el espíritu del pasado viernes-13 no respeta ni a los blogs más rarunos - no podemos relajarnos aún, ya que un año más, nos encontramos de nuevo - golpeándonos con la furia de Chuck Norris después de intercambiar impresiones con el servicio técnico de su ADSL -  con esa celebración tan esperada por el mundo raruno, ¿La Cifimad?¿Expocomic?¿Ben Affleck anuncia por fin su retiro del cine ?, frío, frío: se trata del ¡día de San Valentín!.



Se da la circunstancia especial de que este año la festividad, coincide con la primera jornada de la Japan Weekend, por lo que, haciendo gala de la paupérrima creatividad que me caracteriza y aprovechando la tranquilidad que me brinda la más que segura fuga del único lector que todavía vagaba por la página - seguramente las prisas le hicieron no encontrar el botón de escape entre gritos de espanto-, celebraremos San Valentín al estilo nipón -¡Gooooooong!-.

Como bien sabréis, en Japón no son de medias tintas ni se andan con chiquitas, y este caso no iba a ser diferente. A falta de una, tienen dos celebraciones para el día de los enamorados: San Valentín, y el White day, que se celebran con un mes de separación, el 14 de Febrero y Marzo respectivamente.

¿Qué diferencia hay?. Pues el 14 de febrero, los homenajeados acostumbran a ser los hombres - los machos muy machos, que dirían algunos -. En todos los ámbitos: personal y profesional, abarcando desde el colegio al trabajo, y por su puesto, la pretendida pareja, es habitual que los chicos reciban regalos. De entre todos ellos el producto destacado es el chocolate.



Con ese panorama, podréis imaginar qué agobio - más que jiñar sin pestillo - teniendo en cuenta la afición que tienen a las soluciones que involucran cuchillos ginsu - si se termina el día con el casillero de chocolates a cero patatero.

Por suerte, no todo está perdido. Además del tan socorrido seppuku, existe la posibilidad de venganza, ya que en el White Day, cambian las tornas, y son los chicos los que se ven obligados a devolver los chocolates recibidos, preferiblemente nuevos, sin regurgitaciones de por medio.

Centrémonos, por tanto, en no terminar el día sin un mísero ferrero rocher que echarse a la boca, y tracemos un plan para afrontar con éxito la jornada de hoy:

Si algo hemos constatado leyendo manga, es que a los personajes les encanta que la churri les cocine, y los dulces no son una excepción. Recibir chocolates de Ukyo o Kasumi sería una buena opción, pero corremos el riesgo de que en vez de a ellas, le hagamos tilín a Akane, con unas habilidades culinarias capaces de conseguir que incluso los risketos recién abiertos sepan a rayos. El mundo de Ranma 1/2 es demasiado arriesgado para nuestro paladar sensible.

Eso es trabajar en equipo. Tortitas y botellón, ¿qué más se puede pedir?

Pues una tarta feliz indigestión. ¡Al ataque golosón!

Olvidemos las habilidades en la cocina - Masterchef ha hecho mucho daño - y busquemos otras cualidades más espirituales, es decir, lo bien que le sienta el traje, o mejor dicho, la ausencia del mismo, ejem... Recibir chocolates por parte de un pivón como Madoka, o ya puestos a fantasear, la mismísima Lust es todo un sueño, que, puede tornarse en pesadilla a poco que nos despistemos, que tienen un pronto estas chicas, siendo capaces de llegar a cotas de cabreo mayor que un cartero buscando el barrio sésamo.

Lust no nos quita ojo...(glups).  Aceptaré ese trago, Madoka, y que pase todo rápido

Quizá sea mejor no apuntar tan alto - a fin de cuentas, ¿qué esperaba si colaboro en esta página?,  - y, por el bien de nuestra integridad, centrarnos en chicas con un carácter más reposado y formal. Una chica educada y reservada es lo que necesitamos para triunfar en San Valentín, como...... Kotonoha - glups -, y su personalidad yandere de serie - una cabra es un oráculo de cordura a su lado - que nos hará pasar una jornada de susto, muerte, y mucho miedito... ains.

Kotonoha antes y después de su cita de San Valentín. Pues no ha ido tan mal la cosa.


En conclusión, puesto que San Valentín tiene más peligro que un condón repartido por espinete, desde la fuerza raruna, recomendamos el siguiente plan:  ir al super, adquirir los chocolates a nuestro gusto, y disfrutarlos en una cena romántica junto con nuestra Waifu habitual. Al menos, si la cosa se pone fea siempre podremos darle al botón de apagado, y a otra cosa :).

¡Y después de la cena viene el postre sorpresa!


¡¡Feliz San Valentín!!.



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